23.2.08

de cinco centavo, no tené una moneda...?

Alguien pidió cambio? Muy mal lo mío, eh. Poca musa para postear. Mucho trabajo y -30 °C. Lindo tornillo hace. Espero no ser el único que está espantado por la situación del cambio en Buenos Aires. Lo de las "moneditas" es de no creer. No que no haya cosas más terribles, claro. Pero lo que no me saca el espanto de esta particular escena digna de un cuento de Cortázar, es justamente el nivel de surealismo que conlleva. Y si. Se ve que a la gente no le gusta el cambio. Que el hombre es un animal de costumbre es una frase trillada al punto del revólio de ojos... pero tiene mucho de verdad. Tal vez se podría cambiar por otra.

El punto es que, parafraseando a Linus Torvalds, no importa si algo cambia para mejor o peor: el hecho de que cambie ya es para peor. Sacado de contexto (como acabo de hacer) no suena bien. Pero él se refería a la dureza del mercado de computadoras personales para adoptar un paradigma distinto de Windows. Según Linus, la estrategia de Moco$soft y Apple en sus nuevos sistemas es el agregado de espejitos de colores. Yo sé que me puedo poner denso con ese tema, pero miren más allá de mi obsesión, hacia un problema más grande.

Uno pensaría que la expansión masiva de la red global *cambiaría* las cosas para mejor. Y en segmentos especificos lo ha hecho, pero en términos generales NO. Sólo ha provisto _otro medio_ a las masas para seguir con el mismo circo. La red podría ser usada para transferir información (en el sentido estricto) en forma conveniente, libre, a bajo costo, y de calidad. En cambio, está atorada con animaciones flash +superfluas+, presentaciones en PP sobre el milagro de la vida con música de Enya, etc., etc. y como ven nada ha cambiado *realmente*. Esta es mí opinión, no calificada, y no voy a proveer referencias para sustentar mis trips porque ya tengo suficiente con mi tesis.

Creo, estimadísimo Torvalds, que es más triste todavía. La falsa promesa de cambio es aún peor que el cambio para peor: no mejora nada, ni permite aprender de una mala experiencia. En ese sentido, estar "mal pero acostumbrado" no parece acarrear la connotación negativa que alguien con cierto grado de apreciación por la ocasional sinapsis esperaría. El tema de las moneditas es simplemente un ejemplo más donde no sólo la gente se acostumbra a semejante barbaridad, sino que se acostumbra a quejarse. Y en este caso se le está haciendo costumbre a Clarín ponerlo como noticia entre publicidad en flash y blog de cuarta. Todos tenemos que entender que *todos* somos responsables del cambio de algo que afecta a todos. Es sencillo de concebir pero difícil de implementar; y mi pregunta es por qué?

He aquí un reto no relacionado con las monedas pero sí con el cambio: por qué no, para variar, un solo día de una sola semana dentro de este año, no se apagan los televisores y en su lugar se dedica ese tiempo a cocinar algo bien distinto y complicado, o escuchar un nuevo compositor de música clásica o una banda de rock industrial experimental, o aprender a decir "hola" en diez idiomas distintos, o participar de algún proyecto local o internacional tal vez.

Y al día siguiente se puede resucitar el televisor, y seguir como si nada hubiera cambiado. Cambio y fuera.